lunes, 1 de octubre de 2012

Tiempo de berrea

 Después de un tiempo inactivo en el blog, vuelvo con una nueva entrada de actualidad en nuestros campos, la berrea, que con las primeras lluvias del otoño activa el celo del ciervo. Ni que decir tiene, que es uno de los espectáculos más atractivos de los que suceden en la naturaleza peninsular. Los berridos de estos ungulados se dejan oír desde bastante distancia y sobrecogen cuando se tienen bastante cerca, aunque no suponen ningún riesgo para el privilegiado observador. Todas las imagenes de esta entrada han sido realizadas desde el vehículo, en caminos en los que no hay vallados cinegéticos, por lo que los animales circulan de un lado para otro sin ningún impedimento, tan solo es cuestión de paciencia y que los animales se muestren tranquilos, para ello es imprescindible el silencio y no hacer movimientos bruscos que pudieran espantarlos.

                           ( Podéis ver las imágenes a mayor tamaño pulsando sobre ellas )

Macho berreando después de un baño de barro.


Durante el celo, estos animales se muestran más confiados y salen a campo abierto en pleno día, algo inusual durante el resto del año.



Un pequeño alejado del grupo, seguramente buscando algo de tranquilidad




Ciervo totalmente dormido y ajeno a nuestra presencia. El desgaste de estos animales durante el celo es tremendo.



Al rato de estar observandolo el animal se despertó y comenzó a berrear tumbado.



Joven vareto alerta ante nuestra presencia



El mismo macho de la primera imagen con barro hasta las cuernas



Ni a pleno sol descansan los machos en su afán por controlar su harén



Los jovenes rondan cerca de los harenes de los grandes machos por si en un descuido de estos, pueden montar alguna hembra separada del grupo.




Las hembras intentan descansar durante el día mientras los machos proclaman su territorio.




El dimorfimo sexsual en esta especie es muy acusado.



Durante el ritual de apareamiento, se suceden persecuciones por parte del macho hasta que alguna hembra accede a aparearse.



Macho berreando entre las hembras.



Algunas hembras van todavía acompañadas con la cria del año.



Otro macho berreando ante la presencia de las ciervas



El pequeño cervatillo parece cohibido ante el bramido del gran macho
 


Durante la berrea se suceden combates entre machos rivales, que les dejan cicatrices visibles en la piel.



Los machos jovenes solo tienen acceso a un harén cuando no hay machos más grandes en la zona.



Los harenes de los machos van desde una hembra hasta todas las que puedan controlar dentro de su territorio.



Esta toma se realizó practicamente de noche gracias al elevado iso, al diafragma 2.8 de la lente empleada y al estabilizador de imagen



Unas ciervas a la suave luz del amanecer



Un imponente macho en busca de hembras.



Los varetos son expulsados por los demás machos, provocandoles heridas en ocasiones.



Un vareto alimentádose de los brotes frescos de la otoñada.



En ocasiones te encuentras con escenas como estas, nada agradables.


Un retrato de un joven macho algo más confiado de lo habitual.



En esta imagen, de cuerpo entero



Con esta toma termino esta entrada. Espero que os haya gustado.